La decadencia de los valores
se debe en gran parte al auge laboral que se vive al interior de las familias;
donde papá y mamá trabajan en horarios extenuantes y poco flexibles, en algunos casos viajando
constantemente y el único medio de comunicación con sus hijos es el internet o
vía telefónica.
Es decir, los padres de familia invierten la mayor parte de su
tiempo al servicio de la empresa que a su núcleo familiar. Ante esta situación,
los padres de familia se escudan en que la calidad de vida de sus hijos depende
en gran medida de los ingresos económicos que cada uno percibe, aduciendo que
si solo uno de ellos labora, es imposible cubrir los diferentes gastos.
Sin
embargo esta determinación trae consecuencias nefastas, puesto que los hijos
quedan a la deriva en lo que respecta a su educación y a su formación; donde
esta tarea se traslada a empleadas y demás familiares.
Es fascinante retroceder
en el tiempo, donde mamá se dedicaba única y exclusivamente al hogar, las
familias eran más unidas y con un gran potencial en valores. Actualmente sería
maravilloso volver a esta dinámica casi inimaginable, siendo beneficioso que al
menos papá o mamá laborara medio tiempo y el resto lo invirtiera en la gran empresa que la vida les concedió
administrar: su propia familia.
comentarios: davaloratuvida@gmail.com
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