Porque la persona que practica los VALORES se reviste con un traje lujoso y fino, que la hace atractiva, digna de aprecio, respeto y estimación, dándole valor y un toque especial a su ser. A su vez, la persona que convierte en hábito la práctica de los VALORES es como una semilla que germina y produce abundantes frutos de armonía, alegría, paz, cordialidad; manifestados en una sana convivencia consigo mismo y con quienes la rodean.
Comentarios: davaloratuvida@gmail.com
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